martes, 8 de junio de 2010

DECLARACIÓN DE PROFESORES UNIVERSITARIOS FRENTE A LA CRISIS

DECLARACIÓN DE PROFESORES UNIVERSITARIOS FRENTE A LA CRISIS


Los profesores y profesoras universitarios que firmamos esta declaración lo hacemos porque tenemos la convicción de que la interpretación que se hace de la crisis y las medidas que se están tomando ante la grave situación que estamos viviendo no son las adecuadas para hacerle frente respetando principios elementales de la democracia y la justicia social.


Queremos que la ciudadanía entienda que esta crisis no es simplemente un hecho circunstancial, sino la expresión de un modo de vida y de organización de todo el sistema social y económico que es material y humanamente insostenible.


La crisis la ha provocado un sistema financiero concebido y regulado para que la principal fuente de beneficio de la banca y los poderes financieros sea la especulación. Por eso será imposible salir de la crisis como se quiere salir: sin cambiar las reglas del sistema financiero, sin acabar con los paraísos fiscales, sin vigilar y controlar a la bancos y dejando que sigan siendo ellos quienes impongan el modo de funcionar de la economía mundial. No podemos consentir que la ciudadanía que nada ha tenido que ver pague los platos rotos por los bancos.


La crisis ha tenido un efecto especialmente grave en nuestro país porque los gobiernos consolidaron en los últimos años un modelo económico basado en la construcción, en la explotación masiva e irracional de los recursos naturales y en la desigualdad y muy dependiente de los designios de las grandes corporaciones y burocracias europeas. No podremos salir de la crisis si se sigue incentivando el mismo tipo de actividad económica.


También estamos comprobando que la crisis hace evidente la fragilidad de nuestra democracia porque en lugar de la deliberación predomina la imposición y porque los poderes financieros y económicos se imponen continuamente a las instituciones representativas. Ceder a la extorsión de "los mercados" es debilitar aún más la democracia y así solo se saldrá de la crisis con menos bienestar y justicia. Se quiere hacer creer a la ciudadanía que las medidas que se están adoptando son las únicas posibles pero la experiencia de otros países nos permite afirmar que eso no es verdad y que cuando se adoptan solo conducen, como acaba de decir el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, "al desastre". Sabemos, por el contrario, que hay otras salidas a la crisis mucho más eficaces y favorables para el bienestar.


El conocimiento de lo que está ocurriendo y el sentido común nos dicen que lo primero y principal es devolver el crédito a empresas y familias y que para ello es necesario que el Estado disponga de fuentes seguras de financiación.
Es inmoral e inaceptable que el dinero que los poderes públicos dan a los bancos al 1% para que financien a la economía solo lo utilicen para comprar deuda pública al 5 o incluso al 10% o para seguir especulando. Por eso defendemos la banca pública que la crisis ha demostrado que es más necesaria que nunca.


Sabemos que la reforma laboral que se prepara solo con el propósito principal de debilitar el poder de negociación de los trabajadores no es lo que se necesita para crear empleo. Tratar de salir de la crisis reduciendo los salarios y las rentas de la mayoría de la población es como querer salir del hoyo tirándose de los pelos. Son esas rentas quienes mantienen el gasto que permite que la economía se mantenga en pie, de modo que reducirlas para aumentar los beneficios de los bancos y las grandes empresas (que en el primer trimestre de 2010 han aumentado un 25%) es la antesala de una larga y dolorosa depresión económica.


Sabemos que los recortes de gasto público que se proponen no son los más eficaces ni los más justos y que, en todo caso, hay otros que se podrían haber recortado primero, como los militares. Y sabemos que existen otros mecanismos de obtención de ingresos cuya carga no recae sobre los más desfavorecidos sino sobre aquellos que provocaron la crisis, o sobre los que disfrutan de ingresos o riqueza muy superiores a la mayoría de la población.


Quienes conocemos cómo funciona esta sociedad, la historia y la naturaleza de los auténticos poderes que toman las decisiones somos conscientes de la dificultad de tomar hoy día medidas diferentes a las que proponen la patronal y los grandes financieros.
Pero la experiencia también nos enseña que cuando la ciudadanía se empodera y conoce bien lo que pasa a su alrededor es capaz de influir y de torcer las decisiones que le obligan a ir por los caminos que no desea transitar.


Por ello reclamamos también más debate y diálogo social para que la ciudadanía sepa lo que pasa, para que disponga de información plural y pueda optar y decidir con fundamento.
Reclamamos, por tanto, que los medios de comunicación públicos cumplan con la tarea a la que están llamados y abran urgentemente debates sobre la crisis en los que no se difundan siempre las mismas ideas de quienes detentan el poder sino las diferentes concepciones y propuestas sobre lo que está ocurriendo y sobre la mejor forma de hacerle frente.


Con este convencimiento, nos comprometemos a contribuir con nuestra actividad universitaria para que la sociedad tome conciencia de que las medidas que se están adoptando NO PERMITIRÁN RESOLVER LA CRISIS porque solo se encaminan a facilitar que los de por sí más privilegiados obtengan más cómodamente sus enormes beneficios
. Y, sobre todo, a aportar y difundir esas OTRAS FORMAS DE HACER FRENTE A LA CRISIS que respetan el bienestar y la justicia y que además son mucho más eficaces para combatir sus efectos tan negativas sobre la población más desfavorecida.


Como muestra de este compromiso suscribimos esta declaración que haremos pública próximamente para mostrar nuestro rechazo a las medidas que se vienen adoptando.
Sevilla, mayo de 2010.


Lista de firmante en:

universidadfrentealacrisis.blogspot.com

http://hl33.dinaserver.com/hosting/juantorreslopez.com/jtl/


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http://voz-y-pensamiento.blogspot.com/

Muy importante para este verano se acercan grandes cambios. La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos.

Hola a todos.


Ir cogiendo onda y preparando los sistemas de emergencia a largo plazo, solo los vehículos Diesel antiguos funcionaran cuando ya no funcione nada, de lo que actualmente usamos

.

“mucha de la energía libre escondida funcionara pero, hasta que cuadremos todo pasaran meses...................”


El sistema de “Paul Pantone” también se usara, y todo lo que nuestra creatividad interna saque, así que no os durmáis, se solicita cooperación, y aconsejar solamente cuando se pida.


Aquí no valdrá ni la competición, ni la competencia, ni mandar a los demás de forma controlada, no se trata de esto, no se trata de tener lideres.


Es la unión de todos la que nos sacara de lo que se avecina, el victivismo y el miedo hay que desterrarlo.


Nota: imprimir toda la documentacion de sistemas de energía alternativa o libre que, se prevea se pueda usar antes de que empiece lo gordo.


http://documentostrabajadoresdelaluz.blogspot.com/


Manuales de Supervivencia

Manual de supervivencia sas http://rs556.rapidshare.com/files/151593576/MANUAL_DE_SUPERVIVENCIA_SAS.rar

MANUAL DE SUPERVIVENCIA DEL ESTADO MAYOR CONJUNTO DEL EJERCITO DE ESPAÑA
TOMOS 1 y 2
http://www.megaupload.com/?d=8KOEHPN6

El portavoz.

Juan Luis

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La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos


http://www.abc.es/20100406/ciencia-tecnologia-espacio-sistema-solar/mayor-tormenta-solar-dias-201004061257.html


ABC.es / AGENCIAS | MADRID

Actualizado Miércoles , 07-04-10 a las 15 : 52

Una vez más, y esta vez con más fuerza y de forma totalmente inesperada, el Sol ha dado muestras de que ha despertado de su letargo. El telescopio espacial 'Tesis' registró el lunes la mayor tormenta geomagnética desde octubre de 2008, según informa el Instituto ruso de Física 'Lebedev'. La tormenta solar alcanzó el nivel 7 en una escala de 10, el máximo histórico del último año y medio. Su fase activa se prolongó de las 10.00 a las 19.00 horas. "No se han producido fluctuaciones de tal magnitud durante 540 días, desde el 11 de octubre de 2008", aseguran los técnicos. Una gran actividad solar no presagia nada bueno en un mundo absolutamente dependiente de la tecnología.


En principio, las tormentas geomagnéticas tan poderosas pueden influir en sistemas globales del suministro energético, así como provocar cortes en el trabajo de satélites de navegación y emisiones de radio. Por ahora, se desconoce si esta vez se registraron percances similares.


Además de fuerte, los rusos indican que la tormenta de ayer fue totalmente "inesperada", ya que ninguno de los principales centros de investigación mundiales pronosticaba la víspera un cambio tan drástico en el estado de la magnetosfera. La tormenta es la última de una serie de avisos. Después de un período de tranquilidad que comenzó a principios de 2008, el 22 de enero, Tesis registró un máximo histórico de llamaradas solares, la cifra más alta de los últimos cinco añosy equiparale al total de explosiones solares que se observaron en 2009. Los científicos advierten de que estos movimientos no presagian nada bueno para un mundo para vez más dependiente de la navegación por satélite.


Un informe financiado por la NASA y publicado por la Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) hace más de un año ya advertía de que si el actual ciclo solar es la mitad de violento de lo que se espera puede provocar una catástrofe sin precedentes. Grandes ciudades de todo el mundo podrían quedarse a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después la situación sería igual y los muertos se contarían por millones. El año previsto para semejante apocalipsis es, precisamente, 2012, el elegido por los catastrofistas para situar el fin del mundo.

La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos

Imagen del Sol tomada el lunes por el telescopio espacial Tesis / Tesis

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El portavoz.

La tormenta solar del fin del mundo

Fuente: http://www.abc.es/20100222/ciencia-tecnologia-espacio-sistema-solar/tormenta-solar-mundo-201002221039.html
La tormenta solar del fin del mundo
Una llamarada solar / ABC
Actualizado Miércoles , 24-02-10 a las 14 : 11
El escenario podría ser cualquier gran ciudad de Estados Unidos, China o Europa. La hora, por ejemplo, poco después del anochecer de cualquier día entre mayo y septiembre de 2012. El cielo, de repente, aparece adornado con un gran manto de luces brillantes que oscilan como banderas al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse perfectamente de Nueva York, Madrid o Pekín. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si estuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada... y se apagan para siempre. En menos de un minuto y medio, toda la ciudad, todo el país, todo el continente, está completamente a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después, la situación no ha cambiado. Sigue sin haber suministro y los muertos en las grandes ciudades se cuentan por millones. En todo el planeta está sucediendo lo mismo. ¿El causante del desastre? Una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, en la superficie del Sol.
Y no es que de repente hayamos decidido alinearnos entre las filas de los catastrofistas que predican el fin del mundo precisamente para 2012. Pero lo descrito arriba es exactamente lo que pasaría si el actual ciclo solar (que acaba de empezar después de más de un año de completa inactividad) fuera sólo la mitad de violento de lo que se espera. Así lo dice, sin tapujos, un informe extraordinario financiado por la NASA y publicado hace menos de un año por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS). Y resulta que, según el citado informe, son precisamente las sociedades occidentales las que, durante las últimas décadas, han sembrado sin quererlo la semilla de su propia destrucción.

«Un posible desastre»Se trata de nuestra actual forma de vida, dependiente en todo y para todo de una tecnología cada vez más sofisticada. Una tecnología que, irónicamente, resulta muy vulnerable a un peligro extraordinario: los enormes chorros de plasma procedentes del Sol. Un plasma capaz de freir en segundos toda nuestra red eléctrica (de la que la tecnología depende), con consecuencias realmente catastróficas. «Nos estamos acercando cada vez más hasta el borde de un posible desastre», asegura Daniel Baker, un experto en clima espacial de la Universidad de Colorado en Boulder y jefe del comité de la NAS que ha elaborado el informe.

Según Baker, es difícil concebir que el Sol pueda enviar hasta la Tierra la energía necesaria para provocar este desastre. Difícil, pero no imposible. La superficie misma de nuestra estrella es una gran masa de plasma en movimiento, cargada con partículas de alta energía. Algunas de estas partículas escapan de la ardiente superficie para viajar a través del espacio en forma de viento solar. Y de vez en cuando ese mismo viento se encarga de impulsar enormes globos de miles de millones de toneladas de plasma ardiente, enormes bolas de fuego que conocemos por el nombre de eyecciones de masa coronal. Si una de ellas alcanzara el campo magnético de la Tierra, las consecuencias serían catastróficas.

Nuestras redes eléctricas no están diseñadas para resistir esta clase de súbitas embestidas energéticas. Y que a nadie le quepa duda de que esas embestidas se producen con cierta regularidad. Desde que somos capaces de realizar medidas, la peor tormenta solar de todos los tiempos se produjo el 2 de septiembre de 1859. Conocida como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos (imagen bajo estas líneas). En aquella época, la energía eléctrica apenas si empezaba a utilizarse, por lo que los efectos de la tormenta casi no afectaron a la vida de los ciudadanos. Pero resultan inimaginables los daños que podrían producirse en nuestra forma de vida si un hecho así sucediera en la actualidad. De hecho, y según el análisis de la NAS, millones de personas en todo el mundo no lograrían sobrevivir.
La tormenta solar del fin del mundo
El informe subraya la existencia de dos grandes problemas de fondo: El primero es que las modernas redes eléctricas, diseñadas para operar a voltajes muy altos sobre áreas geográficas muy extensas, resultan especialmente vulnerables a esta clase de tormentas procedentes del Sol. El segundo problema es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestras vidas, como suministro de agua, tratamiento de aguas residuales, transporte de alimentos y mercancías, mercados financieros, red de telecomunicaciones... Muchos aspectos cruciales de nuestra existencia dependen de que no falle el suministro de energía eléctrica.

Ni agua ni transporteIrónicamente, y justo al revés de lo que sucede con la mayor parte de los desastres naturales, éste afectaría mucho más a las sociedades más ricas y tecnológicas, y mucho menos a las que se encuentran en vías de desarrollo. Según el informe de la Academia Nacional de Ciencias norteamericana, una tormenta solar parecida a la de 1859 dejaría fuera de combate, sólo en Estados Unidos, a cerca de 300 de los mayores transformadores eléctricos del país en un periodo de tiempo de apenas 90 segundos. Lo cual supondría dejar de golpe sin energía a más de 130 millones de ciudadanos norteamericanos.

Lo primero que escasearía sería el agua potable. Las personas que vivieran en un apartamento alto serían las primeras en quedarse sin agua, ya que no funcionarían las bombas encargadas de impulsarla a los pisos superiores de los edificios. Todos los demás tardarían un día en quedarse sin agua, ya que sin electricidad, una vez se consumiera la de las tuberías, sería imposible bombearla desde pantanos y depósitos. También dejaría de haber transporte eléctrico. Ni trenes, ni metro, lo que dejaría inmovilizadas a millones de personas, y estrangularía una de las principales vías de suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.

Los grandes hospitales, con sus generadores, podrían seguir dando servicio durante cerca de 72 horas. Después de eso, adiós a la medicina moderna. Y la situación, además, no mejoraría durante meses, quizás años enteros, ya que los transformadores quemados no pueden ser reparados, sólo sustituidos por otros nuevos. Y el número de transformadores de reserva es muy limitado, así como los equipos especializados que se encargan de instalarlos, una tarea que lleva cerca de una semana de trabajo intensivo. Una vez agotados, habría que fabricar todos los demás, y el actual proceso de fabricación de un transformador eléctrico dura casi un año completo...
El informe calcula que lo mismo sucedería con los oleoductos de gas natural y combustible, que necesitan energía eléctrica para funcionar. Y en cuanto a las centrales de carbón, quemarían sus reservas de combustible en menos de treinta días. Unas reservas que, al estar paralizado el transporte por la falta de combustible, no podrían ser sustituidas. Y tampoco las centrales nucleares serían una solución, ya que están programadas para desconectarse automáticamente en cuanto se produzca una avería importante el las redes eléctricas y no volver a funcionar hasta que la electricidad se restablezca.
Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Entre las primeras víctimas, todas aquellas personas cuya vida dependa de un tratamiento médico o del suministro regular de sustancias como la insulina. «Si un evento Carrington sucediera ahora mismo -asegura Paul Kintner, un físico del plasma de la Universidad de Cornell, de Nueva York- sus efectos serían diez veces peores que los del huracán Katrina». En realidad, sin embargo, la estimación de este físico se queda muy corta. El informe de la NAS cifra los costes de un evento Carrington en dos billones de dólares sólo durante el primer año (el impacto del Katrina se estimó entre 81 y 125 mil millones de dólares), y considera que el periodo de recuperación oscilaría entre los cuatro y los diez años.

Por supuesto, el informe no se limita a describir escenarios de pesadilla sólo en los Estados Unidos. Tampoco Europa, o China, se librarían de las desastrosas consecuencias de una tormenta geomagnética de gran intensidad.

Tomar precaucionesLa buena noticia, reza el informe, es que si se dispusiera del tiempo suficiente, las compañías eléctricas podrían tomar precauciones, como ajustar voltajes y cargas en las redes, o restringir las transferencias de energía para evitar fallos en cascada. Pero, ¿Tenemos un sistema de alertas que nos avise a tiempo? Los expertos de la NAS opinan que no. Actualmente, las mejores indicaciones de una tormenta solar en camino proceden del satélite ACE (Advanced Composition Explorer). La nave, lanzada en 1997, sigue una órbita solar que la mantiene siempre entre el Sol y la Tierra. Lo que significa que puede enviar (y envía) continuamente datos sobre la dirección y la velocidad de los vientos solares y otras emisiones de partículas cargadas que tengan como objetivo nuestro planeta.

ACE, pues, podría avisarnos de la inminente llegada de un chorro de plasma como el de 1859 con un adelanto de entre 15 y 45 minutos. Y en teoría, 15 minutos es el tiempo que necesita una compañía eléctrica para prepararse ante una situación de emergencia. Sin embargo, el estudio de los datos obtenidos durante el evento Carrington muetran que la eyección de masa coronal de 1859 tardó bastante menos de 15 minutos en recorrer la distancia que hay desde el ACE hasta la Tierra. Por no contar, además, que ACE tiene ya once años y que sigue trabajando a pesar de haber superado el periodo de actividad para el que había sido diseñado. Algo que se nota en el funcionamiento, a veces defectuoso, de algunos de sus sensores, que se saturarían sin remedio ante un evento de esas proporciones. Y lo peor es que no existen planes para reemplazarlo.

Para Daniel Baker, que formó parte de una comisión que hace ya tres años alertó de los problemas de este satélite, «no tener una estrategia para sustituirlo cuando deje de funcionar es una completa locura». De hecho, otros satélites de observación solar, como SOHO, no pueden proporcionarnos alertas tan inmediatas ni tan fiables como las de ACE. Para Baker y los demás investigadores que han elaborado el informe, el mundo probablemente no hará nada para prevenirnos de los efectos de una tormenta solar devastadora hasta que ésta, efectivamente, suceda.

Algo que, según el informe, podría ocurrir mucho antes de lo que nadie imagina. La «tormenta solar perfecta», de hecho, podría tener lugar durante la primavera o el otoño de un año con alta actividad solar (como lo será 2012). Y es precisamente en esos periodos, cerca de los equinoccios, cuando serían más dañinas para nosotros, ya que es entonces cuando la orientación del campo magnético terrestre (el escudo que nos proteje de los vientos solares), es más vulnerable a los bombardeos de plasma solar.