jueves, 10 de junio de 2010

ESPAÑA QUEBRÓ EL 7 DE MAYO



España quebró el pasado 7 de Mayo

(Aunque mejor es no saber éste tipo de cosas...)

 


¿Qué sucedió entre el 3 y el 7 de mayo? Durante la segunda semana negra del Ibex 35 -la primera aconteció el pasado febrero- la bolsa española llegó a perder casi un 14%, hasta situarse en el nivel de los 9.000 puntos, arrastrada, sobre todo, por la banca española.

No fue el único. También fue la semana en la que cayeron a plomo las bolsas europeas al tiempo que se disparaban a niveles máximos las primas de riesgo de la deuda de España y Portugal. De hecho, el pánico a la quiebra de países de la zona euro -incluida España- provocó el mayor descalabro intradía de Wall Street desde los años 80 -llegó a caer casi un 10% en apenas cinco minutos-.

En esos días de alta tensión fue también cuando saltó el rumor de que el Gobierno español estaba estudiando la posibilidad de solicitar un rescate a Bruselas próximo a los 280.000 millones de euros. Y, curiosamente, poco después (el fin de semana del 8 y 9 de mayo) dicho rescate tuvo lugar tras una reunión extraordinaria de los líderes de la zona euro en la que se acordaba, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), la aprobación de un mega plan, dotado con 750.000 millones de euros para evitar la quiebra de países.

Los datos anteriores ponen de relieve, no sólo el miedo real a que la crisis de deuda pública en Grecia se trasladara al resto de economías periféricas de la zona euro, los conocidos PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, España y Grecia), sino que, realmente, dicho contagio tuvo lugar. España se encontró en situación de insolvencia y, dado el tamaño de su economía (cinco veces superior a la griega), tuvo que ser rescatada in extremis para que no arrastrar consigo a sus acreedores (Alemania y Francia).

¿Cómo constatar tal afirmación? La Junta Directiva de la CEOE (patronal de empresarios) lo expuso con meridiana claridad en su reunión del pasado miércoles, poniendo voz a los que muchos conocían en silencio. El presidente de la Comisión de Economía de CEOE y del Instituto de Estudios Económicos (IEE), José Luis Feito, no dudó en calificar la situación vivida entre el 3 y el 7 de mayo de "dramática".

De hecho, afirmó: "El viernes pasado (en referencia al 7 de mayo) España se encontraba quebrada, porque no había ninguna financiera que comprara deuda o bonos españoles, ni públicos, ni privados, aunque se llegó a ofrecer tipos de interés cercanos al 18%", tal y como recoge José María Triper en elEconomista. Es decir, el mercado internacional cerró por completo el grifo de la financiación no sólo al Tesoro sino también al sector privado -bancos y cajas españoles-.

Y si caída España, "ello supondría la quiebra de los países del euro", alertó Feito, ya que arrastraría a la insolvencia al sistema financiero alemán y francés. Así pues, fue la situación de insolvencia de España la que obligó a poner en marcha el plan de rescate extraordinario aprobado en Bruselas en la madrugada del lunes 10 de mayo, horas antes de que abrieran las bolsas europeas.

Rescate

Ese lunes fue, precisamente, cuando el Ibex registró la mayor subida de su historia (más de un 14%), impulsada por los avances de la banca -con subidas superiores incluso al 20%-. No es para menos si se tiene en cuenta que España estaba en quiebra técnica el viernes y 48 horas después había sido rescatada al contar con el aval de los países más fuertes de la zona euro (Alemania y Francia) y la compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE) -mecanismo inédito en la historia de este organismo-.

Sin embargo, desde entonces los líderes europeos -sobre todo el español- insisten en que todas estas medidas se adoptaron para defender al euro de los ataques especulativos, ocultando así a la población que, en realidad, la debilidad de la divisa única respondía a la situación de quiebra técnica de países miembros, como es el caso de España.

Pero España no sólo fue rescatada el domingo 9 de mayo, sino también intervenida, de ahí el drástico cambio de rumbo aplicado por el Gobierno en su política económica. Las condiciones de Bruselas y Washington eran claras: España debía y debe reducir el gasto público para ir cerrando la brecha fiscal, así como aprobar reformas estructurales (mercado laboral y pensiones) para impulsar el crecimiento económico.

Ahora bien, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? La situación se veía venir desde hace meses. El Gobierno había logrado hasta ahora colocar deuda pública gracias a un particular mecanismo de financiación indirecta por parte del BCE. En esencia, tal y como avanzó LD el pasado septiembre, pese a las reticencias de los inversores extranjeros a comprar bonos españoles, el Ejecutivo logró disparar se deuda pública gracias a los bancos y cajas españoles.

El BCE financia el déficit español

Las masivas inyecciones de liquidez a la banca europea por parte del BCE desde la quiebra de Lehman Brothers a finales de 2008 fueron aprovechadas por las entidades nacionales para adquirir deuda pública (productos, en teoría, de menor riesgo) y sacar beneficio del arbitraje de tipos (las entidades pedían dinero a corto al BCE al 1% a un tipo de interés prácticamente nulo e invertían en bonos a una rentabilidad mayor), al tiempo que estos títulos servían de garantía para sus activos.

Una operación financiera redonda por la cual el Gobierno lograba colocar su masiva emisión de deuda. Los bancos, en teoría, mejoraban su liquidez y el Gobierno español lograba financiación para cubrir su creciente déficit público (del 11,2% del PIB en 2009). Pero la fiesta se acabó cuando el BCE comenzó a cerrar el grifo.

Los factores que permitieron el estallido de la tormenta perfecta coincidieron en el tiempo: la crisis de deuda griega, la creciente restricción de liquidez por parte del BCE, el abultado déficit de España, el récord de emisión de deuda del Tesoro, las necesidades de refinanciación a corto plazo por parte del Gobierno (cerca de 225.000 millones de euros en 2010), la proximidad del día D para la deuda española (el próximo julio), la ausencia de reformas, el estancamiento económico, la falta de reestructuración financiera, el gran apalancamiento de bancos y cajas con el exterior (tienen que refinanciar cerca de 85.000 millones en 2010, otros tantos en 2011 y unos 100.000 en 2012), la creciente exposición de estas mismas entidades a la deuda española…

Fuente: Ministerio de Economía y RSS News

Todo sumó para acrecentar hasta límites insospechados el rechazo de la deuda pública y privada nacional por parte de los inversores. Así, el "vende España" y el "no" a deuda española dominaron los mercados bursátiles durante aquellos días, hasta situar a España en situación técnica de insolvencia financiera. Los gráficos no dejan lugar a dudas sobre la mortal espiral de deuda que ha adquirido España.

El Gobierno disparó el gasto público desde inicios de 2009 bajo el argumento de que los "estímulos" permitirían el inicio de la recuperación económica. Dicho gasto se materializó en un déficit público histórico y en la consiguiente emisión récord de deuda, que logró colocar en el sistema financiero español con la inestimable ayuda del BCE.

Fuente: Ministerio de Economía y RSS News

Tan sólo entre junio y julio de 2009, bancos y cajas adquirieron del BCE 24.000 millones de euros que fueron a parar casi íntegramente a financiar al Estado, restringiendo así aún más el créditos a empresas y familias. De este modo, el acaparamiento de crédito por parte del Gobierno generó un efecto expulsión (crowding out) que agravó la ya de por sí intensa restricción crediticia que sufría el sector privado (credit crunch).

 

Este fenómeno prosiguió en el tiempo: en la actualidad, bancos y cajas acumulan una deuda con el BCE próxima a los 80.000 millones de euros. Un dinero que, en gran medida, ha sido invertido en deuda nacional hoy degradada (de menor calidad) por las agencias de calificación de riesgo.

Fue precisamente la rebaja aplicada por Standars and Poor's (S&P) el pasado 29 de abril la que hizo saltar las alarmas. Y es que, dicha degradación encareció al mismo tiempo, no sólo la emisión de deuda gubernamental sino también privada, ya que los bonos del Tesoro son considerados los activos de menor riesgo en el mercado. La rebaja de la nota al país se tradujo automáticamente en una rebaja al resto de las empresas españolas.

En este sentido, hay que tener en cuenta que el sistema financiero español debe mucho dinero al exterior, con lo que se vio afectada tanto por la presión del interbancario (en donde los bancos se prestan entre sí) como por la degradación de la deuda española acumulada en sus balances. De hecho, es aquí donde entra en juego el BCE. Los bancos centrales de la zona euro han comenzado a comprar directamente deuda pública española a las entidades españolas (mercado secundario) como mecanismo adicional para inyectar liquidez.

Así pues, la quiebra del país estuvo servida. El mercado cerró el crédito a España. La pregunta avanzada por LD el pasado septiembre ya tiene respuesta: ¿Quién salvará a España cuando el BCE cierre el grifo? Bruselas, Washington (FMI), y hasta el propio BCE violando sus principios básicos de funcionamiento.



 

 


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http://voz-y-pensamiento.blogspot.com/

Muy importante para este verano se acercan grandes cambios. La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos.

Hola a todos.


Ir cogiendo onda y preparando los sistemas de emergencia a largo plazo, solo los vehículos Diesel antiguos funcionaran cuando ya no funcione nada, de lo que actualmente usamos

.

“mucha de la energía libre escondida funcionara pero, hasta que cuadremos todo pasaran meses...................”


El sistema de “Paul Pantone” también se usara, y todo lo que nuestra creatividad interna saque, así que no os durmáis, se solicita cooperación, y aconsejar solamente cuando se pida.


Aquí no valdrá ni la competición, ni la competencia, ni mandar a los demás de forma controlada, no se trata de esto, no se trata de tener lideres.


Es la unión de todos la que nos sacara de lo que se avecina, el victivismo y el miedo hay que desterrarlo.


Nota: imprimir toda la documentacion de sistemas de energía alternativa o libre que, se prevea se pueda usar antes de que empiece lo gordo.


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Manuales de Supervivencia

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MANUAL DE SUPERVIVENCIA DEL ESTADO MAYOR CONJUNTO DEL EJERCITO DE ESPAÑA
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El portavoz.

Juan Luis

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La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos


http://www.abc.es/20100406/ciencia-tecnologia-espacio-sistema-solar/mayor-tormenta-solar-dias-201004061257.html


ABC.es / AGENCIAS | MADRID

Actualizado Miércoles , 07-04-10 a las 15 : 52

Una vez más, y esta vez con más fuerza y de forma totalmente inesperada, el Sol ha dado muestras de que ha despertado de su letargo. El telescopio espacial 'Tesis' registró el lunes la mayor tormenta geomagnética desde octubre de 2008, según informa el Instituto ruso de Física 'Lebedev'. La tormenta solar alcanzó el nivel 7 en una escala de 10, el máximo histórico del último año y medio. Su fase activa se prolongó de las 10.00 a las 19.00 horas. "No se han producido fluctuaciones de tal magnitud durante 540 días, desde el 11 de octubre de 2008", aseguran los técnicos. Una gran actividad solar no presagia nada bueno en un mundo absolutamente dependiente de la tecnología.


En principio, las tormentas geomagnéticas tan poderosas pueden influir en sistemas globales del suministro energético, así como provocar cortes en el trabajo de satélites de navegación y emisiones de radio. Por ahora, se desconoce si esta vez se registraron percances similares.


Además de fuerte, los rusos indican que la tormenta de ayer fue totalmente "inesperada", ya que ninguno de los principales centros de investigación mundiales pronosticaba la víspera un cambio tan drástico en el estado de la magnetosfera. La tormenta es la última de una serie de avisos. Después de un período de tranquilidad que comenzó a principios de 2008, el 22 de enero, Tesis registró un máximo histórico de llamaradas solares, la cifra más alta de los últimos cinco añosy equiparale al total de explosiones solares que se observaron en 2009. Los científicos advierten de que estos movimientos no presagian nada bueno para un mundo para vez más dependiente de la navegación por satélite.


Un informe financiado por la NASA y publicado por la Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) hace más de un año ya advertía de que si el actual ciclo solar es la mitad de violento de lo que se espera puede provocar una catástrofe sin precedentes. Grandes ciudades de todo el mundo podrían quedarse a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después la situación sería igual y los muertos se contarían por millones. El año previsto para semejante apocalipsis es, precisamente, 2012, el elegido por los catastrofistas para situar el fin del mundo.

La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos

Imagen del Sol tomada el lunes por el telescopio espacial Tesis / Tesis

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El portavoz.

La tormenta solar del fin del mundo

Fuente: http://www.abc.es/20100222/ciencia-tecnologia-espacio-sistema-solar/tormenta-solar-mundo-201002221039.html
La tormenta solar del fin del mundo
Una llamarada solar / ABC
Actualizado Miércoles , 24-02-10 a las 14 : 11
El escenario podría ser cualquier gran ciudad de Estados Unidos, China o Europa. La hora, por ejemplo, poco después del anochecer de cualquier día entre mayo y septiembre de 2012. El cielo, de repente, aparece adornado con un gran manto de luces brillantes que oscilan como banderas al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse perfectamente de Nueva York, Madrid o Pekín. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si estuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada... y se apagan para siempre. En menos de un minuto y medio, toda la ciudad, todo el país, todo el continente, está completamente a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después, la situación no ha cambiado. Sigue sin haber suministro y los muertos en las grandes ciudades se cuentan por millones. En todo el planeta está sucediendo lo mismo. ¿El causante del desastre? Una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, en la superficie del Sol.
Y no es que de repente hayamos decidido alinearnos entre las filas de los catastrofistas que predican el fin del mundo precisamente para 2012. Pero lo descrito arriba es exactamente lo que pasaría si el actual ciclo solar (que acaba de empezar después de más de un año de completa inactividad) fuera sólo la mitad de violento de lo que se espera. Así lo dice, sin tapujos, un informe extraordinario financiado por la NASA y publicado hace menos de un año por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS). Y resulta que, según el citado informe, son precisamente las sociedades occidentales las que, durante las últimas décadas, han sembrado sin quererlo la semilla de su propia destrucción.

«Un posible desastre»Se trata de nuestra actual forma de vida, dependiente en todo y para todo de una tecnología cada vez más sofisticada. Una tecnología que, irónicamente, resulta muy vulnerable a un peligro extraordinario: los enormes chorros de plasma procedentes del Sol. Un plasma capaz de freir en segundos toda nuestra red eléctrica (de la que la tecnología depende), con consecuencias realmente catastróficas. «Nos estamos acercando cada vez más hasta el borde de un posible desastre», asegura Daniel Baker, un experto en clima espacial de la Universidad de Colorado en Boulder y jefe del comité de la NAS que ha elaborado el informe.

Según Baker, es difícil concebir que el Sol pueda enviar hasta la Tierra la energía necesaria para provocar este desastre. Difícil, pero no imposible. La superficie misma de nuestra estrella es una gran masa de plasma en movimiento, cargada con partículas de alta energía. Algunas de estas partículas escapan de la ardiente superficie para viajar a través del espacio en forma de viento solar. Y de vez en cuando ese mismo viento se encarga de impulsar enormes globos de miles de millones de toneladas de plasma ardiente, enormes bolas de fuego que conocemos por el nombre de eyecciones de masa coronal. Si una de ellas alcanzara el campo magnético de la Tierra, las consecuencias serían catastróficas.

Nuestras redes eléctricas no están diseñadas para resistir esta clase de súbitas embestidas energéticas. Y que a nadie le quepa duda de que esas embestidas se producen con cierta regularidad. Desde que somos capaces de realizar medidas, la peor tormenta solar de todos los tiempos se produjo el 2 de septiembre de 1859. Conocida como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos (imagen bajo estas líneas). En aquella época, la energía eléctrica apenas si empezaba a utilizarse, por lo que los efectos de la tormenta casi no afectaron a la vida de los ciudadanos. Pero resultan inimaginables los daños que podrían producirse en nuestra forma de vida si un hecho así sucediera en la actualidad. De hecho, y según el análisis de la NAS, millones de personas en todo el mundo no lograrían sobrevivir.
La tormenta solar del fin del mundo
El informe subraya la existencia de dos grandes problemas de fondo: El primero es que las modernas redes eléctricas, diseñadas para operar a voltajes muy altos sobre áreas geográficas muy extensas, resultan especialmente vulnerables a esta clase de tormentas procedentes del Sol. El segundo problema es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestras vidas, como suministro de agua, tratamiento de aguas residuales, transporte de alimentos y mercancías, mercados financieros, red de telecomunicaciones... Muchos aspectos cruciales de nuestra existencia dependen de que no falle el suministro de energía eléctrica.

Ni agua ni transporteIrónicamente, y justo al revés de lo que sucede con la mayor parte de los desastres naturales, éste afectaría mucho más a las sociedades más ricas y tecnológicas, y mucho menos a las que se encuentran en vías de desarrollo. Según el informe de la Academia Nacional de Ciencias norteamericana, una tormenta solar parecida a la de 1859 dejaría fuera de combate, sólo en Estados Unidos, a cerca de 300 de los mayores transformadores eléctricos del país en un periodo de tiempo de apenas 90 segundos. Lo cual supondría dejar de golpe sin energía a más de 130 millones de ciudadanos norteamericanos.

Lo primero que escasearía sería el agua potable. Las personas que vivieran en un apartamento alto serían las primeras en quedarse sin agua, ya que no funcionarían las bombas encargadas de impulsarla a los pisos superiores de los edificios. Todos los demás tardarían un día en quedarse sin agua, ya que sin electricidad, una vez se consumiera la de las tuberías, sería imposible bombearla desde pantanos y depósitos. También dejaría de haber transporte eléctrico. Ni trenes, ni metro, lo que dejaría inmovilizadas a millones de personas, y estrangularía una de las principales vías de suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.

Los grandes hospitales, con sus generadores, podrían seguir dando servicio durante cerca de 72 horas. Después de eso, adiós a la medicina moderna. Y la situación, además, no mejoraría durante meses, quizás años enteros, ya que los transformadores quemados no pueden ser reparados, sólo sustituidos por otros nuevos. Y el número de transformadores de reserva es muy limitado, así como los equipos especializados que se encargan de instalarlos, una tarea que lleva cerca de una semana de trabajo intensivo. Una vez agotados, habría que fabricar todos los demás, y el actual proceso de fabricación de un transformador eléctrico dura casi un año completo...
El informe calcula que lo mismo sucedería con los oleoductos de gas natural y combustible, que necesitan energía eléctrica para funcionar. Y en cuanto a las centrales de carbón, quemarían sus reservas de combustible en menos de treinta días. Unas reservas que, al estar paralizado el transporte por la falta de combustible, no podrían ser sustituidas. Y tampoco las centrales nucleares serían una solución, ya que están programadas para desconectarse automáticamente en cuanto se produzca una avería importante el las redes eléctricas y no volver a funcionar hasta que la electricidad se restablezca.
Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Entre las primeras víctimas, todas aquellas personas cuya vida dependa de un tratamiento médico o del suministro regular de sustancias como la insulina. «Si un evento Carrington sucediera ahora mismo -asegura Paul Kintner, un físico del plasma de la Universidad de Cornell, de Nueva York- sus efectos serían diez veces peores que los del huracán Katrina». En realidad, sin embargo, la estimación de este físico se queda muy corta. El informe de la NAS cifra los costes de un evento Carrington en dos billones de dólares sólo durante el primer año (el impacto del Katrina se estimó entre 81 y 125 mil millones de dólares), y considera que el periodo de recuperación oscilaría entre los cuatro y los diez años.

Por supuesto, el informe no se limita a describir escenarios de pesadilla sólo en los Estados Unidos. Tampoco Europa, o China, se librarían de las desastrosas consecuencias de una tormenta geomagnética de gran intensidad.

Tomar precaucionesLa buena noticia, reza el informe, es que si se dispusiera del tiempo suficiente, las compañías eléctricas podrían tomar precauciones, como ajustar voltajes y cargas en las redes, o restringir las transferencias de energía para evitar fallos en cascada. Pero, ¿Tenemos un sistema de alertas que nos avise a tiempo? Los expertos de la NAS opinan que no. Actualmente, las mejores indicaciones de una tormenta solar en camino proceden del satélite ACE (Advanced Composition Explorer). La nave, lanzada en 1997, sigue una órbita solar que la mantiene siempre entre el Sol y la Tierra. Lo que significa que puede enviar (y envía) continuamente datos sobre la dirección y la velocidad de los vientos solares y otras emisiones de partículas cargadas que tengan como objetivo nuestro planeta.

ACE, pues, podría avisarnos de la inminente llegada de un chorro de plasma como el de 1859 con un adelanto de entre 15 y 45 minutos. Y en teoría, 15 minutos es el tiempo que necesita una compañía eléctrica para prepararse ante una situación de emergencia. Sin embargo, el estudio de los datos obtenidos durante el evento Carrington muetran que la eyección de masa coronal de 1859 tardó bastante menos de 15 minutos en recorrer la distancia que hay desde el ACE hasta la Tierra. Por no contar, además, que ACE tiene ya once años y que sigue trabajando a pesar de haber superado el periodo de actividad para el que había sido diseñado. Algo que se nota en el funcionamiento, a veces defectuoso, de algunos de sus sensores, que se saturarían sin remedio ante un evento de esas proporciones. Y lo peor es que no existen planes para reemplazarlo.

Para Daniel Baker, que formó parte de una comisión que hace ya tres años alertó de los problemas de este satélite, «no tener una estrategia para sustituirlo cuando deje de funcionar es una completa locura». De hecho, otros satélites de observación solar, como SOHO, no pueden proporcionarnos alertas tan inmediatas ni tan fiables como las de ACE. Para Baker y los demás investigadores que han elaborado el informe, el mundo probablemente no hará nada para prevenirnos de los efectos de una tormenta solar devastadora hasta que ésta, efectivamente, suceda.

Algo que, según el informe, podría ocurrir mucho antes de lo que nadie imagina. La «tormenta solar perfecta», de hecho, podría tener lugar durante la primavera o el otoño de un año con alta actividad solar (como lo será 2012). Y es precisamente en esos periodos, cerca de los equinoccios, cuando serían más dañinas para nosotros, ya que es entonces cuando la orientación del campo magnético terrestre (el escudo que nos proteje de los vientos solares), es más vulnerable a los bombardeos de plasma solar.